viernes, 25 de marzo de 2011

Estamos en guerra - Los tanques y el jeep-


Esta mañana yendo a trabajar al bonito polígono de Coslada, casi (¡¡¡CASI!!!) me pasan desapercibidos dos peazo bichos que iban por la carretera como un camión o cochecito más: dos tanques he visto. A lo mejor había más, porque estaban como en fila una detrás de otro yendo muy despacito muy despacito sobre su transportador (suena bien, aunque no creo que se llame así, vamos que no iban alegremente los propios tanques andando por la autopista sino en un camioncito de estos como los que llevan muchos coches cuando se averían o se trasladan de concesionario o lo que hagan con ellos), pero yo he visto dos, y soy periodista y he de ser fiel a los datos y la realidad y a lo que he presenciado (¡ja!). Y digo más: ha sido en la A-2, en una bifurcación antes de la Avenida Arcentales, a la altura de Coslada y en dirección seguramente a la base militar de Torrejón de Ardoz.

Bueno, en cuanto a mi impresión... Qué queréis que os diga... Son unos monstrencos. Yo iba con la legaña inevitable de las ocho de la mañana y no he caído hasta que me he "hecho consciente". En ese momento ha sucedido algo extraño: es como si mis ojos los hubieran visto pero la información no ha debido de ser procesada correctamente por mi sistema nervioso o algo ha pasado porque como que no caía yo en que estaba viendo dos "tanques" en medio de mi camino al trabajo.O como si de tanta película hollywoodiense mi cerebro hubiera asumido que yo había visto muchos tanques ya y que estos no podían sorprenderme. Pero, sin necesidad de tenerme que parar a pensar mucho la verdad es que creo que NO había visto ningún tanque en vivo y directo (y agradecida estoy) más que, ahora que lo digo me acuerdo... en el Museo de la Guerra de Londres (Imperial War Museum).

                                                                                                  (Pinchar en el artículo para seguir leyendo)

Y aquí no se acaba la historia, señores... Después de mi visita al bonito polígono donde tengo el honor de trabajar (qué mal suena, pero es lo que hay, no trabajo ni el medio de las montañas, nisiquiera en el Botánico), salgo en dirección hacia mi universidad cuando, en plena Avenida de América mis ojos, algo más desperazados ya, ven... ¡¡un jeep!! Con sus militares dentro y toda la pesca, y hasta he visto uno sacando el brazo para poner bien la ventana-cortinilla de plástico que los cubre, su banderita de españa y toda la parafernalia.  Estaréis pensando que qué importancia tienen dos simples tanques y un jeep. Pues a mí (y al resto de ciudadanos que vea aquí y allá alguna manifestación del despliegue militar que se está haciendo en España) me ha servido para recordar que ESTAMOS EN GUERRA. 

Guerra avalada por la ONU, pero en ningún caso guerra justa ni justificada como no deberían serlo ninguna guerra más que las que emprenden las poblaciones contra sus propios regímenes dictatoriales o restrictivos de libertades del tipo que sean. Ayudar a los ciudadanos libaneses (y a los ruandeses en su momento, a los sirios ahora, y a tantos otros...) sería lícito, siempre y cuando no se hiciera tras cortinas de humo ni tras el poco grado de legalidad que han demostrado tener los países integrantes tanto del Consejo de Seguridad como tantos otros pertenecientes o no a ésta u otra organizaciones.

Y, ¿por qué necesitamos que se nos recuerde que estamos en guerra? Porque, a pesar del bombardeo mediático, aquí entran en funcionamiento dos mecanismos: primero, el banal "si no lo veo no lo creo" y, segundo, vale, España, los españoles (los que lo hagan, yo no me incluyo en el bote), estaremos llevando cazas y bombarderos pero los ciudadanos de a pie... apenas saben situar a Libia en un mapa. Son conflictos lejanos, no solo geográfica sino mentalmente; me atrevería a decir, casi ajenos a la mayoría de los europeos.

Me pregunto de dónde procederán las armas que empuñan los pro-Gadafi, cuál de los países  más o menos desarrollados se las habrán (habremos) vendido. En un asunto tan complejo, son  peligrosas las clasificaciones maniqueas. Ignoro tanto que prefiero NO dejar en manos de quien dice ser "experto en materia" una guerra que cuesta  millones de obscenos euros.


Belén Lobos

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