Qué se siente cuándo se siente blanco y negro a la vez.
Yo quería viajar en el Transiberiano y al final me apeé en Atocha. El descuento del veinte por ciento me salvó de caer a las vías.
Te pedí que nos viéramos de día, entre la mañana y la tarde ("que por la noche me salen pelos", me recordé), pero insististe en volver al trabajo. "De acuerdo, entonces", pensé. Y allí nos vimos durante cuatro días.
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Para entonces filtrarme, poco a poco, entre las rocas.
Texto y fotografía: ChicaNiporesas
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